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Una de las mayores exigencias tecnológicas en la actualidad es la de tener en las manos el teléfono celular más reciente en mercado. El ¿Para qué? es una pregunta que siempre creará controversia. Lo cierto es que el mayor punto de concentración en las novedades de los nuevos smartphones, es la cámara. Es muy raro quien diga que no disfruta de una foto tomada con una buena cámara. Una cámara que permita captar todos los detalles del momento y que a la vez, gracias a la tecnología del propio dispositivo, elimine las impurezas comunes de una foto, dando como resultado una imagen casi perfecta
Bueno, entonces ¿Por qué un título de publicación tan espeluznante ?
Antes de pasar al meollo de esta curiosa pero alarmante situación voy a platicarles de manera muy rápida acerca un término que quizá para algunos sea nuevo a pesar de haber existido desde hace mucho tiempo y que sin duda merece una publicación aparte: OSINT, que por sus siglas en inglés, significa Inteligencia de Fuentes Abiertas. Ok, pero ¿Para qué sirve? y ¿Quién lo usa y cómo?
Como su significado lo indica, son fuentes abiertas y públicas de información (no tiene ninguna relación con el software de código abierto) que sirven para recolectar datos extrayéndolos de diferentes medios como: imágenes, videos, ubicaciones, etc.
Es público y abierto. Esto es, que cualquier persona que sepa lo básico de «navegación en internet» pudiera tener acceso para usar cualquiera de estas fuentes de información para la extracción de datos ya que muchas de las herramientas OSINT hoy en día se encuentran en línea, listas para ser usadas. Bastaría con entrar al motor de búsqueda de su preferencia y poner: herramientas osint en línea.
Hay muchos temas donde la observación a detalle y el uso de herramientas OSINT han rendido frutos positivos. Casos como la vez que a través de huellas dactilares en WhatsApp permitieron la captura de criminales. Pero, «no todo es miel sobre hojuelas». Está de más mencionar que este tipo de herramientas también tienen un lado oscuro en las manos equivocadas. Tal es el caso de Ena matsuoka, la cantante de K-Pop, miembro de Japanese Idiol que se vio agredida sexualmente por un fan obsesionado que, utilizando herramientas de OSINT, pudo ubicar dónde vivía, mediante el reflejo en sus ojos, para después agredirla.
El agresor se trata de Hibiki Sato, un joven de 21 años quien es un fanático obsesionado con la cantante Ena Matsuoka. El agresor usó nada mas y nada menos que el reflejo en los ojos de la cantante para poder ubicarla. La cantante e influencer publicaba “selfies” para sus fans y esto fue suficiente para que Hibiki Sato se las arreglara para ubicarla.
Como mencioné, la tecnología en los smartphones son cada día mejores y sus cámaras de altísima calidad no dejan pasar ningún detalle. El agresor de Ena, usaba el reflejo en los ojos de la cantante, de las selfies que ella compartía, ampliaba las imágenes, las mejoraba con herramientas OSINT como forensic-magnifier por ejemplo y después de analizarlas pudo triangular, con Google Street View y Google Maps, las estaciones de tren que a menudo usaba. Logró establecer incluso en qué calle y edificio vivía. Esto último estudiando la posición de las sombras en las fotos. Hizo valer cada detalle.
No creo que se debiera usar el término «alarmar» pero sí de alguna forma, alertar para prevenir casos como el de Ena. Es importante tener consciencia y no olvidar que todo lo que hacemos público, por ejemplo en las redes sociales como: facebook, twitter, instagram, etc. Está expuesto a que alguien pudiera usarlo para bien pero también para mal. No tomarse selfies con identificaciones oficiales para evitar suplantación de identidad o evitar tomarse fotos con todo y la ubicación real son algunos de los consejos que hay que tener en cuenta para reducir el riesgo de que alguien haga mal uso de lo que se comparte.
Cuando te tomes la clásica «fancy selfie» con tu cámara 4k, no olvides revisar los reflejos que aparecen en ella, incluyendo el reflejo en los ojos, de esta manera no dejarás ninguna ventana abierta a los acosadores y «fans» tóxicos. Uno nunca sabe.